¿Sirven para algo las fichas de personaje?
O cómo conocer a tus personajes sin tener que rellenarles un informe de evaluación.
Las fichas de personaje son un recurso más o menos extendido a lo largo y ancho del mundo de la escritura, especialmente para los que se consideran escritores de mapa. Como los Pokémon, las hay de muchos tipos y especies diferentes, con mayor grado de detalle o más fáciles de completar.
Si nunca has visto una, aquí tienes un ejemplo de las que salen cuando buscas en Pinterest «character profile»
Como todo el mundo las hace (o parece que todo el mundo las hace), se tiende a pensar que son un requisito clave para el buen fluir de la novela, o lo que sea que estés escribiendo en el momento. Es el paso número uno para tener un estupendo desarrollo de personaje y todos queremos que nuestros personajes tengan un estupendo desarrollo, es como cuando riegas las plantas, te gusta verlos brotar y florecer.
Sinceramente, nunca he sido capaz de hacer más de dos fichas de personajes para una historia antes de aburrirme de ellas. La mayoría de las veces, me aburría también de la historia en cuestión, y así se me han ido acumulando proyectos a medio pensar a lo largo de muchos años. Igual que una planificación exhaustiva que no te permite sorpresas y que te marca con demasiada claridad el camino a seguir, sin desvíos, ni juegos, ni un avistamiento repentino de Mothman que te hace frenar en seco y cambiar de sentido, una ficha de personaje puede secar tu creatividad.
Cuando escribes, sientes que tus personajes están vivos. Los oyes, los ves, los espías, los entiendes. Es común pensar que cuanto más datos tengas sobre ellos, más los vas a conocer, así que te pones a rellenar una ficha como la de arriba y a pensar en de qué color son sus ojos y cuál era su asignatura favorita en el cole, qué calcetines se pone los jueves y cómo se llamaba el primo tercero de su mejor amigo en segundo de parbulitos. Y lo pones todo en la ficha, porque has pensado mucho, así que tiene que quedar reflejado.
¿Cuál es el problema?
El problema es que tal vez nos estamos perdiendo entre datos irrelevantes. Y esto nos puede llevar a varios resultados: que nos saturemos de información, dejemos la ficha a medias y pasemos a otra cosa que nos entretenga más, abandonando para siempre a la historia en el arcén de la carretera mientras llueve para que se la coma Mothman; o que, con todo el esfuerzo que le hemos puesto a descubrir si era más de las Witch o de las Winx, sintamos la necesidad de incluirlo en la historia, aunque no tenga nada que ver con nuestra novela de maldiciones familiares y viajes en el tiempo.
Aunque los personajes se parezcan a las personas, a veces nos conviene bajar a la realidad y recordar que no existen. Por mucho que “te nazcan” sin pensar excesivamente en ellos y parezca que actúan con autonomía, un personaje es una pieza de algo más grande. Es parte de su historia. Esto quiero decir que, al final, si tiene los ojos verdes y mide 1,87 es irrelevante; lo que importa y lo que debes saber de este ser es aquello que vaya a significar algo dentro del universo en el que habita. Esto a veces es mucho y, en efecto, es un dato de vital importancia saber que de pequeño desayunaba viendo los dibujos de los X-Men en la tele; pero otras veces no necesitas más que un par de pinceladas, a veces no te hace falta ni saber su nombre.
Leyendo Story Genius de Lisa Cron, pensé mucho en este tema. Ella, por si os lo preguntáis, también está en contra de las fichas de personaje que son así, como esa de Pinterest que tenemos arriba. Lo que explica en su libro es cómo crear “biografías de personaje”, y esto es distinto de una ficha porque consiste en indagar en momentos claves de su pasado, que le van a afectar en la historia presente y que nos viene bien conocer al detalle, vayan a aparecer luego en la historia (a modo de flashback o reflexión) o no.
Lisa Cron habla mucho del misbelief del personaje, o ese defecto característico que le impide conseguir su objetivo y crea el conflicto interno de una historia. En las biografías, dice, incluiríamos el momento en el que esa “falsa creencia” se instaló en el estilo de vida de nuestro personaje y unos tres momentos (mínimo) donde la vida le reforzara esta manera de ver el mundo.
Personalmente, encuentro bastante más orgánico este planteamiento que el de hacer una ficha y que me obliguen a pensar en cosas que el personaje no quiere contarme (como su altura, eso nunca jamás me lo dicen). Pero me sigue pareciendo un poco impositivo y, al final, forzarte a algo sólo porque alguien diga que le va a venir bien a tu historia no suele salir bien.

¿Entonces?
Yo creo es que lo primordial es escuchar a la historia. Si sabes de qué va, o si lo estás descubriendo, poco a poco vas a ir entrando en un mundo en el que todo está conectado y las respuestas se buscan, se atraen y se construyen. Muchas veces lo hacen casi solas; otras veces, necesitan una ayudita, pero, en general, cuanto más rato pases soñando despierto con la historia como conjunto (mundo, trama, personajes, tema, ambientación, estilo), más ideas te van a venir y más va a parecer que brota sin ayuda.
Pero sí que tiene ayuda, eres tú dejándole el espacio para nacer.
Aquí es cuando los personajes de verdad van a parecerte personas, y no te hará falta rellenarles una fichita con sus datos y sus detalles, porque ellos mismos te susurrarán al oído todos los detalles que son importantes, también algunos que no, y se guardarán hasta cuando consideren conveniente lo que consideren conveniente.
Con esto no quiero decir que no hagas fichas de personajes si quieres hacerlas, o si te vienen bien, o si te gusta tenerlo todo organizado, o si te quedan tan bonitas en Notion que has decidido probar a ver qué tal; pero no sustituyas un cuestionario que hizo alguien externo por escuchar de verdad lo que te susurra la historia.
Al final, nadie más puede oírla, así que presta atención, escúchala bien y dale lo que te pida.
No se encuentran plantitas así en todos los jardines.
Si te ha gustado este post, o estás totalmente en contra y vas a aferrarte a tus fichas de personajes hasta que las arranquen de tus frías manos, o te preguntas si voy a sustituir mis referencias a Taylor Swift por referencias a Mothman a partir de ahora, puedes comentar cualquiera de estas cosas.
Si quieres extender la palabra de que las fichas de personaje hacen poco bien en el mundo, siempre eres bienvenidx a compartir este post y pelearte con alguien por twitter.
Si has visto mis preciosas páginas de personaje en Notion sobre Víctor Campos Santos y sus hermanas y estás preguntándote qué demonios es eso, pues te puedes suscribir y te lo contaré próximamente, dependiendo de cómo vaya el proceso creativo. Que espero que bien.
Y si no, pues gracias por leer y pasar el rato por aquí.