
Si tuviera que hacer un ranking de los meses del año, pondría a marzo el último. No es que me haya hecho nada, simplemente me parece soso: un poco en medio de todo, sin aclararse y sin destacar. O igual es que no me gusta la palabra «Marzo».
Este marzo ha tenido altos muy altos y bajos muy bajos. Un poco intermitente, en general, de esto que te pones manga corta un día y al siguiente tienes que volver a sacarte el abrigo que ya habías guardado con la esperanza de que se acabara el invierno de una vez. Pero no.
En resumen, marceando.
Yo he marceado también en mi escritura durante este mes. Mi intención, que era terminar el primer borrador completo de la colección de relatos sobre aliens, robots y vallecanos se ha quedado sólo en intención. He tenido la sensación de escribir poco, pero todavía no lo he contabilizado porque, bueno, pues queda otra semanita y quién sabe qué sorpresas nos deparará.
Lo que sí puedo decir es que he estado yendo a saltos de proyecto en proyecto cual mariposa recién salida de su crisálida y curioseando las florecillas del campo.
He estado escribiendo relatos varios, porque había concursos varios que me llamaban la atención y eran todos durante este mes. A día de hoy tengo uno terminado, otro en correcciones, uno a medio empezar y el otro todavía en semillita. Saltar de uno a otro no ha sido tan fácil y tan rápido como me había propuesto por dos razones principales: la primera, ranas y la segunda, dragones.
O, en otras palabras, dos historias nuevas en distintos procesos embrionarios.
El nacimiento de la segunda es muy gracioso, porque surgió un día de broma mientras Ali y yo nos preguntábamos qué pasaría si mezcláramos nuestro proyecto de Juegos Olímpicos en el espacio con House of the Dragon. Y ya sabes cómo son estas cosas, diez minutos después ya no son bromas. Ambas nos dimos cuenta muy rápido de que, si empezábamos a pensar en ese tema, se nos iba a desmadrar, así que decidimos saltarnos la Fase 0 y directamente inventarnos una novela draconiana a la que, desde ahora, llamaremos #losdragoncitos.
Esto podría haberse quedado en un bonito tablero de Pinterest y un par de anotaciones en varios cuadernos, pero Ali tuvo que venir a Madrid justo este marzo y sucedió lo que sucede cuando juntas a dos escritoras en la misma casa y les das tiempo para hablar: aprendimos a usar Notion y nos nacieron personajes.
Me hace mucha ilusión este proyecto, aunque sea a largo plazo, porque da gusto cuando las cosas salen un poquito solas y se llaman unas a otras. Todo lo que hay en ese Notion ha sido una cosa fluida de sentarse a tomar un café y decir: «vale, ¿y si estos son hermanos y este se muere y a este le gusta hacer esgrima?» y que la respuesta fuera que claro que sí, porque a veces parece que las historias vienen del plano cósmico y ya vienen vestidas y peinadas.
Lo de las ranas fue porque Eli me regaló este cuaderno.
Me lo regaló para mi cumple con intención de que ahí planificara (o pensara en, diría) la historia de los primos y yo, nada más abrirlo, fui catapultada a lo más hondo del pozo1 y sin más escapatoria que escribir esta novela para poder salir.
Esta (idea de) novela surgió en mí allá por 2017 con la misma facilidad con la que los dragoncitos han nacido este 2023 y tras dos acontecimientos importantísimos en mi vida: uno (1) me leí It, de Stephen King y dos (2), me leí Salem’s Lot de Stephen King. La semilla inicial de todo fue un: «vale, yo quiero hacer esto», que es una cosa que me pasa cada vez que leo a Stephen King, así que cogí a personajes que estaban varados en un proyecto naufragado (de… de la primera vez que leí a Stephen King) y tuve una seria conversación con ellos. Me confesaron que, a pesar de haber nacido por influencia de un maestro de la cultura pop estadounidense, ellos en realidad eran de Ávila, y entonces empecé a entender su historia.
Y no la escribí, porque sabía que no estaba lista aún.
Pero durante este mes ha eclosionado y no mentiré si digo que la mayor parte de mi tiempo la he pasado pensando en cómo y por qué y de dónde vienen todas las cosas (un poco (¿muy?) horribles) que van a pasarles.
No he empezado a escribir, porque me hace ilusión hacerlo fresh page el día 1 de abril para el CampNano, pero me he mandado muchos audios a mí misma, me he hecho un esquema con colorinchis, he rellenado unas cuantas (muchas) páginas del cuaderno de Eli y he hecho otra página de Notion. Por qué no.
Y mientras unas cosas empiezan, otras se terminan. En marzo hemos cerrado el curso de Summer Tea de poesía slam estadounidense, Wildest Winters, que hicimos en Desperate Literature rodeados de gente majísima, té, flores y muchos libros.
La experiencia de este curso ha sido genial, como siempre que hacemos uno, porque hablar sobre literatura con gente a la que le apasiona el tema sólo puede traer cosas buenas. Yo, que no soy tan de poesía ni tan de slam, he aprendido un montón de las dos cosas, y más todavía de las chicas con las que compartimos las sesiones. La última fue muy emocionante, además, y diría que mi favorita de todas. Y si te apetece saber un poquito más sobre el tema, en el Substack de Summer Tea tenemos detalles sobre autorxs, orígenes y sobre cómo escribir un poema de este estilo, si quieres echar un ojo.
Mis lecturas en marzo han sido tan intermitentes como todo lo demás. Empecé a tope y luego tuve un parón y luego retomé de nuevo. Por el momento, me terminé Christine (me encanta), y me leí Thornhill de Pam Smy, una novela gráfica que me compré en la Feria del Libro el año pasado porque me enamoré de la portada creepy y que me ha gustado, aunque creo que la historia se podría haber explorado con más profundidad.
En mi súperpropósito de conseguir leer todo lo que Stephen King haya escrito jamás en su vida antes de que saque otros veinte libros más, me leí también Rage, que es la primera novela que escribió y que se ha retirado de la publicación porque, bueno, Estados Unidos y los tiroteos en institutos son una cosa. A pesar de sus fallitos y del tema polémico, tengo que decir que la novela me gustó mucho. Quizás porque me habían hablado mal de ella, quizás porque me interesaba mucho cómo pensaba el prota (fatal de lo suyo, el pobre), quizás porque siempre le leo con ojos de: «a ver qué le robo de aquí».
Me empecé también Night shift que ni confirmo ni desmiento que me haya inspirado con los relatos de este mes, y tengo recién empezadito Greywaren de Maggie Stiefvater, un libro que me da pena leer porque es el Final Definitivo de todo lo relacionado con The Raven Cycle y no quiero saberlo si esto acaba mal. Pero me lo regaló Yu2 el mes pasado y ya no me queda más remedio que ser valiente y enfrentarme a ello, os informaré el mes que viene, supongo.
En su visita madrileña, Ali y yo estuvimos en una librería súper guay que se llama Secret Kingdoms y me regaló Story Genius de Lisa Cron, para hacer tick a mi plan de leer un libro sobre escribir al mes. En general, me ha gustado mucho, y hay ciertas cosas que cuenta sobre cómo empezar a escribir una historia que me parecen súper interesantes, aunque creo que Lisa Cron y yo no tenemos métodos compatibles de pensar en escribir, y que mucho de lo que cuenta debería dejarse a la magia de la intuición. Pero ya hablaremos de esto en otro momento.
Y, además, este mes fui con mis amigas a Salamanca. Esto no estaría en absoluto relacionado con el tema escritoril, si no fuera porque es la ciudad más dark academia que hay en Españita, y me decepciona mucho que no estemos escribiendo novelas de este subgénero ambientadas allí. Así que desde aquí hago un llamamiento, escritores que me leéis, a que empecéis ya de ya con las dark academia salmantinas.
Yo, aunque no esté escribiendo en se género, les pregunté a los personajes de #losprimos si no les importaba que moviera su pueblo un par de kilómetros y les sacara de Ávila.
No han puesto problemas.

Si te ha gustado este post, o acabas de descubrir Secret Kingdoms y te parece tan guay que quieres que vaya todo el mundo, compártelo y que lo vea todo el mundo, que ese señor se merece tener muchos clientes.
Si tú tampoco sabes usar Notion y te frustra mucho porque quieres hacer páginas aesthetic y no lo consigues por muchos vídeos de YouTube que veas, pues same, podemos comentarlo por aquí.
Si quieres saber cómo me va escribiendo los primos, o en general en la vida, o tienes ganas de que suba el siguiente post de ¡Salva al gato!, suscríbete y no te pierdas estas charlas que normalmente tengo con la pared de mi casa.
¡Y gracias por leer!
Los pozos son relevantes para la trama.
Tristemente este mes todavía no nos hemos visto para realizar el intercambio de libros, así que no hay foto aesthetic que aportar.