No nos vamos a engañar, para la mayoría de los escritores este, el Todo está perdido, es el mejor beat de estructura narrativa del universo. No es porque disfrutemos torturando a nuestros personajes1, ni porque nos alimentemos de las lágrimas de los lectores, que también. Disfrutamos del Todo está perdido por la oportunidad que nos da de jugar con el desarrollo del personaje, hacerlo brillar, llevarlo en otra dirección, dejarle claro que, como decía Dani Martín, ya nada volverá a ser como antes.
O como dice Florence: it’s always darkest before the dawn.
Todo está perdido es un beat único, una sola escena, que sucede alrededor del 75% de la novela y que básicamente también podríamos llamar «El hostión». Sea cual sea la situación, en este momento algo le pasa al personaje que le hace caer al más profundo de los abismos de donde parece que ya no hay ninguna salida. Es el momento en el que creen que van a perderlo todo: se hunde el Titanic, la Estrella de la Muerte destruye el planeta, el cubo de sangre de cerdo cae sobre Carrie en mitad de la graduación. Recuperarse de esto parece imposible.
Y lo será, a no ser que algo cambie.
Lo bonito de este beat es que nos da un montón de opciones, estamos ya en el tercio final de la historia y es el momento de usar todas esas cosas que han venido antes para bien o para mal, o para las dos cosas al mismo tiempo. ¿Recuerdas esa falsa victoria del Punto Medio en la que el personaje se sentía tan, tan seguro de que ya lo había conseguido todo? Imagínate lo efectivo que es dibujar un paralelismo a ese momento en el Todo está perdido.
Hay que saber aprovechar la magia de este revés, lo esencial es conocer bien al personaje y saber qué es lo que le llevará hasta el punto. Una vez están aquí, las opciones que quedan son dos: hundirse o romperse, y romperse no tiene por qué significar algo malo, porque romperse es cambiar, es actuar como nunca lo habían hecho antes. Un poco como comentábamos en la Ruptura al segundo acto, solo que esta vez la decisión será informada, consciente e intencional.
Pero no nos adelantemos, porque todavía no vamos a romper. La reflexión, la decisión de cambio y la efectuación de ese cambio son los momentos que vienen después, en los dos siguientes beats, aquí todavía estamos en el peor momento. Si tienes al personaje bien trabajado, te será sencillo saber qué es lo que va a desestabilizarle más. De hecho, es muy posible que en el mismo momento en el que concibes, creas, tienes la iluminación divina del personaje, te venga con su Todo está perdido incluido. No, no se venden por separado. La motivación y el deseo del personaje llevan como reverso eso que hará que se rompan.
Por esta razón es en el Todo está perdido cuando los escritores, criaturas malvadas por naturaleza, solemos cargarnos a otros personajes. No es un paso obligatorio, desde luego, ni tampoco es imposible matar a personajes en otros momentos. Sin embargo, la muerte de un personaje significativo aquí (suele ser un mentor, un padre, un amigo, a veces el personaje B) puede llevar al protagonista a descubrir qué es eso que les falta para cambiar de una vez y resolver los conflictos que lleva arrastrando desde el principio.
Es por eso que en este beat se incluye eso a lo que llamamos «El hálito de muerte», en referencia a esa tendencia de cargarnos a Ned Stark en el 75% de la novela. Ups, perdón. Porque no, lo siento, Ned nunca fue el protagonista, ¿no te habías dado cuenta? Era el Personaje B de Sansa y Arya y los demás niños Stark, y su muerte es el Todo está perdido para los verdaderos protagonistas de la saga.
Pero no hablemos de Canción de Hielo y Fuego o no acabaremos nunca.2
Gracias a este beat podemos también reflexionar sobre el tema de la historia. Nos encontramos aquí en su revés, explorando todos los elementos negativos que el mensaje de la historia pueda tener. Si tienes una historia sobre, por ejemplo (y sin basarlo en nada que esté escribiendo actualmente, guiño), los ciclos de abuso y la imposibilidad de escapar del papel que te ha tocado en una comunidad cerrada y pequeña, en este Todo está perdido será cuando el personaje se vea más atrapado y más embarrado en el asunto, creyéndose que no hay ninguna salida. ¿Y qué pasa si no hay ninguna salida?
Bueno, pues el beat nos permite explorar eso, que es una cosa que a mí me gusta mucho y que creo que funciona muy bien y puede pegarle fuerte a la persona que lee. Ojo, no lo veamos como una moraleja, más bien como mirar en el espejo lo feo y lo que asusta y reconocerlo como una posibilidad que está ahí y que es lo que queda al hundirse.
Pensando otra vez en estructura de relato, creo que este beat es también imprescindible al hacer uno. En una historia corta no tenemos un viaje hacia al cambio, tenemos solo un momento de cambio, ¿y cuándo vamos a cambiar si no es cuando creemos haberlo perdido todo? No hay un mejor impulso, ni una mejor fuente para digresiones y elucubraciones sobre el tema de la historia, ni un mejor catalizador, que el fondo más profundo del abismo.
Yo hoy me disculpo por dedicarle el todo está perdido a El club de los poetas muertos, entiendo que lo veas y ahora me odies, puedes insultarme en los comentarios por recordarte innecesariamente este hecho traumático cinematográfico, o apreciar a Ethan Hawke chiquito, según tu gusto.
También te puedes suscribir si quieres saber qué pasa luego y cómo salimos de esta, aunque ya sabes que Digimon, serie expertísima en los mejores Todo está perdido del mundo, nos enseñó que la respuesta es siempre el poder de la amistad. Y qué mejor manera de demostrarlo que apuntándote aquí.
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Nos leemos la semana que viene, oh, capitanas, mis capitanas.3
¿O sí?
Aunque ciertamente Juego de Tronos en sus buenos momentos supo hacer esto muy bien situando el revés más monumental en sus famosos capítulos 9.
Id a ver The Marvels.