Procesos de escritura: los relatos de este verano
Charlando sobre los últimos relatos que me han seleccionado
Me gustaría poder decir (orgullosa) que en los ratos muertos de esta semana he sido capaz de rescatar algún relato viejo o de inventarme un nuevo y traerlo aquí para vosotres, pero todo lo que he hecho en los ratos muertos de esta semana entre el metro, el trabajo y la universidad ha sido añadirle un par de páginas a la narración de la partida de rol que tuve hace dos semanas1. Así que hemos llegado al tercer domingo de noviembre sin ninguna historia nueva.
Pero, por suerte, también hemos llegado al tercer domingo de noviembre con varias publicaciones y procesos de ellas de las que nos he hablado en detalle. Por eso hoy os traigo otro recopilatorio de los relatos que he podido colar por ahí después de un intenso verano lleno de convocatorias, y dónde y cómo encontrarlos.
Virgencita, virgencita fue un relato que escribí en julio de este año y que fue seleccionado para la antología Terror con voz de mujer. Aunque todavía queda tiempo para su publicación, os puedo adelantar que ya ha pasado por el proceso de corrección y que está previsto que el proyecto vea la luz en marzo del año que viene. Y yo que me muero de ganas.
Cuando salió la convocatoria para este concurso yo estaba en plena época de campamentos, así que todas las tardes salía a pasear por mi barrio cuando bajaba el calor y pensaba en qué quería escribir. Los requisitos eran curiosos: tenía que ser terror, la voz de un personaje femenino y tenía que estar en lo cotidiano, nada de asuntos sobrenaturales, no. Era el terror de la vida misma.
Pensé, claro, que lo primero que se te ocurre con esa premisa es centrar el terror en un hombre. Y podía dar mucho juego, sí, pero pensé también que sería el recurso fácil y que se presentarían montones de relatos partiendo de esa premisa, necesitaba algo diferente, hay más cosas que nos dan miedo, ¿qué podía buscar yo?
En julio también andaba yo en mi máximo esplendor de fan del True Crime. Como acababa de descubrirlo, tenía muchísimos capítulos que escuchar por las mañanas de camino al trabajo y por las tardes en mi paseo por el barrio. Y era cierto que los episodios que más me ponían los pelos de punta eran esos que iban de familias y hubo uno, en concreto, que me inspiró buena parte de este relato.
Los elementos son muy diferentes y yo le añadí cosas de mi propia cosecha, claro, pero lo básico (una hija, una madre, elementos religiosos) nació de ahí. Ahora la antología está horneándose2, pero ya avisaré cuando salga y daré más detalles sobre el caso que me inspiró.
Si tu rollo son los pueblos cerrados, los veranos angustiosos, los mommy issues, las muñecas que dan mal rollo y la iconografía religiosa, no te lo pierdas cuando salga.
Malasaña; Unsolved ha tenido un proceso radicalmente distinto. Ya os conté que lo escribí para el curso de relato, fue lo primero que presenté y por eso le tengo un especial cariño. Me ha gustado revisitar, con los años, este apartamento tan luminoso y vintage que obviamente tiene que tener trampa, ser un truco, pero que tal vez sea de todas formas lo mejor a lo que podemos aspirar. Ahora que ya ha pasado un tiempo, creo que con este relato le cogí el gusto a eso de narrar los espacios y ya no se lo solté nunca más.
Cuando Calíope fanzine abrió la convocatoria para historias con spooky season flavour yo tuve clarísimo que era el momento perfecto para mover esta historia a nuevos terrenos y darle un poquito más de recorrido. Como fue la primera, le tengo especial cariño, y editarla para sacarle un poco más de brillo como a la versión que aparece en la revista fue un regalito veraniego.
Si tu rollo es Buzzfeed Unsolved Paranormal, las lesbianas, las casitas vintage, la madera que rechina, las cañerías que suenan en la noche sin que sepas por qué y Casper, el fantasma bueno, puedes leer la versión actualizada del relato por aquí.
Lo que llora en el lago, el relato que aparecerá en la antología Monstercamp, ocupó gran parte de mi verano: lo empecé dos días antes de la boda de mi prima y lo terminé dos días después de irme de vacaciones a la playa, fue el proceso más orgánico y sencillo que había tenido escribiendo un relato en mucho tiempo y el resultado es mi top 2 de cosas que he escrito en 2023.
Creo que ya os he mencionado alguna vez que la premisa de Monstercamp era la siguiente: una casa, un monstruo, verano. Sencillo. Nos repartieron en cabañas para darnos la ambientación y la mía fue la del lago (inesperado, sí) y yo me puse muy contenta porque era justo la que quería.
La idea me vino prácticamente sola a la cabeza: era sobre un chico que se había quedado solo y que llegaba a un lugar hambriento, con ganas de alimentarse de la vulnerabilidad de las personas, era sobre monstruos que no lo son tanto, o que tal vez lo son y mucho, o que lo fueron y quieren dejar de serlo. Así llegó Julio, tras perder a sus padres en un accidente de tráfico, a vivir en la casa del lago con su abuelo, y a fijarse en lo extraño que suena al viento por la noche, y a preguntarse de dónde sale la extraña fascinación que su abuelo tiene con ese lago.
No tengo muy claro cómo va avanzando la antología, las últimas noticias que tuve eran que éramos un porrón de personas y que iba a tener varias ilustraciones.
Así que si vuestro rollo son las familias disfuncionales, los chicos sensibles, la estética ochentera-noventera, el miedo que puede dar un bosque cuando se queda en silencio absoluto y los reflejos distorsionados en la superficie del agua, muy atentos que os avisaré con bombo y platillo cuando salga porque me encanta muchísimo esta historia3.
Cuando pienso en los relatos que escribí este verano, me gusta considerar a Así como tú el hermano pequeño de Lo que llora en el lago. Son, ambos, mis relatos favoritos de este año, los escribí prácticamente a la vez y tienen resonancias en cuanto a temática y mensaje, aunque Así como tú es bastante más oscuro.
La convocatoria (fantástica) de Arboverso, Entre mitos y pesadillas, pedía un relato de terror que incluyera una figura del folclore ibérico, y en el proceso de documentarme para este relato descubrí que hay muchas criaturas del folclore ibérico que dan mucho, mucho miedo. Yo me decanté por el bú, un personaje de la mitología castellana que, estilo coco, vendrá a llevarse a los niños que no duerman por la noche. A mí las inocentes nanas que no son más que amenazas de castigos velados me han dado siempre muy mal rollo, así que me puse a pensar y pensar: ¿por qué le dirías a un niño que si no se duerme vendrá un búho antropomórfico gigante a sacarle de la cama con sus garras y despedazarlo?
Aunque tenía muy claro el objetivo del relato, es cierto que dio muchas vueltas: me estaba metiendo en un terreno pantanoso y tocando temas delicados, supongo que me costó encontrar el equilibrio. Primero me pasé de palabras (mucho), luego recorté, luego reescribí y cambié el final, volví a pasarme de palabras, recorté…
El resultado es algo de lo que estoy muy orgullosa, y es así: Guille y Rodri se van a vivir con su tía al pueblo una temporada mientras sus padres se divorcian, y en el tejado se escucha como algo araña, y la tía advierte de qué les pasa a los niños que no duermen por la noche… Como adelanto, el bú da miedo, pero no es lo que más miedo da, ni de lejos.
Ahora mismo la antología está en proceso de corrección y preparación, decidimos que lo que gana se donará a la asociación Reforesta y ya os daré la turra cuando salga, porque este relato me encanta. En fin, leedlo si os gusta It.
La bicho es como la prima segunda de los dos relatos anteriores, lo escribí justo después y todavía tenía un poco de resaca emocional de la última corrección. La bicho fue ideado para la convocatoria de Body horror de Retazos de ficción y yo el plazo lo calculé un poco regu, así que iba con la cuenta atrás activada y temiendo que no me diera tiempo a presentarme.
Sin embargo, la cosa nació fácil. En cuanto empecé a escuchar la voz de Judit (la prota de este relato), fue todo fluir. Ni siquiera tenía muy claro adónde iba ir la historia y la misma historia me lo fue desgranando según me adentraba en ella, el resultado es grotesco, un poquito asqueroso y no apto para bichofóbicos. Y me han dicho por pinganillo que hasta aquí puedo leer,
En cualquier caso, la publicación del primer número de la revista está pendiente para finales de este mes o principios de diciembre, así que no habrá que esperar mucho para poder leerla. Si tu rollo son las familias disfuncionales (otra vez), la paranoia, el body horror, los bichitos, ser la hermana rara y los mommy issues (otra vez), este es para ti.
Sabemos qué hacen los lobos es el último relato que escribí este verano, si consideramos que finales de septiembre también es verano. Es una historia corta sobre licántropos en la que trabajé para el especial de Halloween de Noche de Terror y que salió radioficcionada justo, justo este mismo martes.
Tengo que confesar que escribí este relato no muy pendiente de si lo seleccionaban o no, porque era un ensayo para el principio de una novelette4 que tengo en mente desde hace un tiempo y que se me ocurrió, como tantas otras aquí mencionadas, escuchando true crime.
El relato tenía que ser muy compacto, eran solo mil palabras, y se ajustaba perfectamente a la idea que tenía yo para el principio de la historia de Richi Bermejo, que comienza en comisaría y en el punto de vista de otra persona. Yo quedé muy, muy contenta con el resultado y con más ganas todavía de escribir qué pasa después.
Pero esa historia vendrá en otro momento, cuando la vida vuelva a darme para respirar.
Si tu rollo (como el mío) es el true crime, con un poquito de gore, con un poquito de backstory de familia disfuncional (¡otra vez!), con un poquito de muchacho adolescente incomprendido y malas compañías, pues puedes escucharlo en el programa de la otra noche, ¡está en Spotify! El mío está a partir del minuto 19:20 pero os recomiendo escucharlos todos, claro.
Y como dirían los Looney Toones: Esto es todo amigos (de momento)
La chapa ha sido larga hoy, así que no te doy mucho la brasa, que tendrás cosas que hacer y yo tengo que aprovechar mis pocas horas libres de vida ahora que soy becaria y precaria y protoeditora y todas esas cosas. Así que suscríbete si quieres que te de la turra más, comparte este post con quien creas que le van a gustar los relatitos aquí presentes y comenta si tú también escuchas true crime y eres capaz de reconocer las trazas de los casos que han contaminado mis relatos. No vale si te lo he contado yo.
También le puedes dar un like, me hace ilusión.
Nos vemos la semana que viene, ¡besos y novelas de Stephen King para todos!
¿Orgullosa? No. ¿Obsesionada? Un pelín.
Volved aquí cuando salga la antología y leáis el relato y veréis lo accurete de la palabra hornearse en este caso.
Historia, por cierto, larguísima. Casi, casi se me va del límite de palabras y me nace novela.
Espero que sea novelette, pero ya sabéis lo súper mal que se me da calcular esas cosas, y luego acabann con 400 páginas de word.