Dig Deep Down: El planteamiento
«El gato quería subirse al árbol y comerse a ese pájaro, pero todos los días le cortaban las uñas y no podía trepar»
Planteamiento. El nombre de este beat te sonará, seguro. Al fin y al cabo, si nos vamos a la estructura clásica en tres actos, son: Planteamiento, Nudo y Desenlace. Así que tal vez podríamos decir sin mucho error que estamos ante la unidad básica del Acto 1, es decir, la función de este beat es la función del primer acto en sí. Presentar. A personajes, entornos, deseos, conflictos. Presentarlo todo.
Los principios son complicados, ya lo hablábamos aquí, y se espera mucho de ellos. Si no sabes exactamente qué es lo que quieres conseguir durante este inicio corres dos riesgos: quedarte corta o pasarte de la raya.
Si te quedas corta, tal vez acabes en un callejón sin salida: véase, los personajes y la trama serán incapaces de sostenerse por sí mismos y sus consecuencias apocalípticas serán agujeros de trama, motivaciones confusas o finales poco merecidos.
Si te pasas de la raya, tienes otro callejón con un grafiti que dice DNF 10% en Goodreads.
Si en la imagen de apertura habíamos echado un vistazo al mundo de la historia, aquí ya hemos entrado. El planteamiento es un beat múltiple, lo que quiere decir que dura varias escenas o capítulos, y suele ocupar el primer 10% del libro.1 La imagen de apertura y el tema, que ya hemos visto, están dentro del planteamiento, son dos pequeños bloques que ya tienes listos para montar el resto del primer acto.
¿Qué es esencial para que el planteamiento funcione y funcione bien?
Presentamos al/la/le protagonista y el protagonista quiere algo. Algo que cree que va a solucionarle la vida (normalmente se equivoca). No sólo quiere este algo, además intenta conseguirlo. Ariel quiere conocer el mundo de los humanos, Bella quiere una vida emocionante como en los libros que lee, Blancanieves quiere un príncipe del que enamorarse y Rapunzel salir de su torre.
Si te estoy poniendo a princesas Disney como ejemplo es porque saber cuál es su deseo es tan fácil como escuchar la llamada “I want” song, que todas las pelis de Disney (con canciones) tienen. Y todos los musicales.
Si estás escribiendo un musical, felicidades, ¡lo tienes sencillo! Pero, si no, quizás te ayude a trabajar el planteamiento pensar que sí estás escribiendo uno. Dale a tu protagonista su “I want” song. Escóndela en la narración, en el diálogo, en las descripciones, donde quieras. Pero que la tenga, y rápido. Por algo es de las primeras canciones en los musicales.

Durante el planteamiento también se introduce a todo el mundo que rodea al/la/le protagonista en el primer acto. Es decir, su status quo. Son los personajes que siempre han estado ahí y estarán ahí antes de que la vida del personaje cambie. Los padres de Matilda. El tío Ben antes de que te muerda la araña radiactiva. El abuelo que te regala un Gremlin. Ese tipo de gente.
Ojo, esto no quiere decir que estos personajes desaparezcan después.
A veces sí, a veces no.
A veces necesitamos librarnos de ellos para que el personaje crezca y cmbie y la historia se desarrolle; otras veces acompañarán al personaje en el cambio. Lo importante es que forman parte de la vida cotidiana del protagonista.
Por último, en el planteamiento también presentaremos todos los defectos y cada cosa que va mal en la vida del protagonista. Snyder lo divide en tres partes: trabajo / casa / ocio, para que se vea bien claro cómo estos defectos afectan al protagonista en todos los ámbitos de su vida.
Si piensas en alguna comedia mala Hollywoodiense, es súper evidente cómo hacen esto.
No es necesario hacerlo tan obvio como un martillazo, desde luego2. Pero sí que es necesario que quede claro y explícito qué es lo que va mal en la vida de este personaje para que, después, todo el viaje del Acto 2 y todo el cambio del Acto 3 resulte plenamente satisfactorio.
Básicamente no hay golpe de efecto sin preparar el terreno antes.
Con todo este trabajo conseguimos establecer a un personaje y un mundo en necesidad de cambio, y de cambio urgente. El personaje que persigue ese algo va a llevar, de una manera u otra, a la ruptura del status quo en el que vive. A la ruptura del Acto 1. Y ya veremos qué pasa después.
Parecen muchas cosas, quizás demasiadas, antes de entrar en lo que es la chicha de la historia. A mí me pasa, especialmente porque durante mucho tiempo he estado escribiendo sobre todo relato, y en un relato el planteamiento es, a la vez, debate y casi, casi fun and games, dependiendo de lo corto que sea.
Pero es importante que tenga su espacio.
Ese escenario apocalíptico consecuencia de quedarse corta en el planteamiento del que hablaba arriba no me lo he inventado, era uno de los (muchos) errores que tenía mi novela (la de los zombis) cuando entré en crisis y bloqueo en pleno confinamiento. Por diversas razones (como que nació para novelette y creció hasta casi 500 páginas de Word), el planteamiento ahí no era suficiente y arreglarlo fue un auténtico dolor de muelas.
Si, como a mí, te impacienta plantear el planteamiento, puedes usar el turquito de empezar in media res. La otra novela que escribí empieza con el protagonista en mitad de la carretera y huyendo, su status quo ya se ha desintegrado así que, podría entenderse, quizás, que me he saltado todo el planteamiento. Pero no.
Porque le conocemos a él lo primero, y lo que quiere (huir), y las (múltiples) razones por las que su vida ahora mismo necesita un cambio. Después de soltarte sin anestesia en un principio que ya está en marcha, en el segundo capítulo echa el freno y nos vamos un poco atrás. Vale, su status quo ya no existe, pero vemos cómo era y cómo eso le afecta todavía.
Así que no te preocupes si quieres desordenar un poquito las cosas. Puedes correr y luego recuperar el aliento, o prepararte y luego echar a correr. Lo importante es que no te dejes las deportivas y sepas coger carrerilla para llenar el planteamiento de problemas, dudas, defectos e inconvenientes, para después recoger lo sembrado.
Comparte este post si te han dado ganas de ver los Gremlins y quieres que más gente tenga esa necesidad, así podemos hacer un visionado colectivo.
Y deja un comentario contando si te gustan los principios o no, si los ves complicados o fáciles, si se te ocurre alguna peli o libro que tenga un planteamiento estupendo y fantástico y que no sea Bichos otra vez.
Si quieres saber qué pasa cuando el Gremlin se come el sándwich, suscríbete porque en el próximo post sobre ¡Salva al gato! hablaremos del catalizador, que es el primer mini punto de giro de la historia y me encanta, así que no te lo pierdas.
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Nada más por mi parte, ¡gracias por leer y perdón por poner la foto de Taylor Swift en Cats (2020) nada más empezar.
Pero no entres en pánico y vayas a comprobar en el kindle si de verdad ocupa un 10% y reestructures toda la novela cuando veas que no, como hice yo. Oops.
A no ser que estés jugando a parodiar la estructura de Blake Snyder, en cuyo caso tal vez seas mi persona favorita del universo.