Estoy un poco triste con este mes de mayo. No es que haya ocurrido ninguna desgracia, salvo porque más que mayo parece marzo otra vez, y ya sabéis qué opino sobre marzo. Mayo suele ser mi segundo mes favorito del año. Me gusta cómo huele, así como a fin de curso y a lluvia en el Retiro y a crema solar y a piscina municipal depurándose.
En la escritura, este mes yo también he vuelto a marcear. Me pasé abril dedicada en cuerpo y alma a reescribir 284 veces los tres primeros capítulos de #losprimos, con un resultado que no terminó de convencerme. A principios de este mes tuve un par de iluminaciones sobre la estructura interna de los capítulos y algunas cosillas que quería cambiar. Lo bueno es que fueron decisiones acertadas, lo malo es que llegaron cuando ya le había dado tantas vueltas al principio que todas las palabras me sonaban raras.
Así que tuve un momento kit-kat y decidí echar el freno un poquito. Quiero tener una relación sana con este manuscrito, quiero pasármelo bien escribiendo y quiero disfrutar del proceso. Sin quemarse. Sin frustrarse. Sin desenamorarse. Creo que todavía hay algo que me falta y hasta que no lo encuentre no voy a poder tirarme a la piscina del todo, por eso he dado un pasito atrás y vuelto a la fase de incubación con esta cosa. Planeo retomarlo pronto, pero, mientras, hay más historias que escribir.
Me puse con ellos emocionada, como si me hubiera reencontrado con una vieja amiga. Y el proceso fue fácil, bonito y rápido: en cuatro días tenía una versión nueva de los once relatos que había seleccionado de entre mis escritos de los cursos. Lo imprimí todo y lo dejé reposar unas dos semanas o así. Este lunes empecé a releerlos y me he quedado muy satisfecha con el trabajo. Ahora mismo andamos terminando la tercera vuelta que le doy a estas historias, que para la mayoría, sospecho, va a ser la vuelta final. Hay dos relatos que siento que necesitan pulirse más, así que intentaré trabajar en ellos durante junio y a ver.
A principios de abril, también, pensé en volverme feral y escribir dos novelas a la vez. Al final no pasó, y dejé la otra con un único capítulo. Lo releí durante este mes y también me gustó mucho, así que lo seguí. Y ahora van siete capítulos y medio.
La historia en cuestión es un middle-grade que lleva en proceso de desarrollo desde que hice el curso de LIJ en la Escuela de Escritores, allá por 2016. Y va de un niño que está “maldito” con un imán para elementos sobrenaturales, principalmente fantasmas, y que, muy a su pesar, acaba montando un pequeño equipo de investigación paranormal.
Aunque llevo poquito, lo estoy disfrutando mucho. Estos personajes llevaban vivos en mi cabeza (bueno, algunos muertos y espectrales) desde hace mucho tiempo y ponerles en marcha por fin está siendo toda una experiencia.
Además de estos proyectos en solitario, Ali y yo seguimos en-serio-súper-a-tope con las #SpaceGirls y este mes me tocaban a mí los dos siguientes capítulos. Con uno estoy empezando, las culpas a los informes de evaluación. Nos acercamos a lo que teníamos planeado como la mitad de la historia y las cosas empiezan a cristalizar y a ponerse tensas. Tenemos muchas ganas de llegar a la segunda mitad.
Además, mirad qué commission tan bonita nos hizo Al.
Este mes me terminé The Dead Zone de Stephen King, en mi reto de leerme todo lo que este señor haya escrito en su vida, y la verdad es que es un libro que ha pasado un poco sin pena ni gloria por mi vida. Está muy bien escrito y la caracterización es estupenda, como siempre, y es extremadamente curioso que, en un libro que va sobre un señor que predice el futuro, el amigo Estéfano predijera a, ni más ni menos, Donald Trump.
Al margen de eso, la estructura de la novela es un poco rara, va dando tumbos sin terminar de dirigirse hacia ningún lugar en concreto, y lo disfrutas, porque está muy bien narrado y has conseguido interesarte por los personajes, pero cuando termina el libro te quedas un poco como, ¿y ya está?
Por otro lado, en mi reto de leerme un libro sobre escritura al mes, me leí Curso de escritura creativa de nuestra polémica del mes, Brandon Sanderson. El libro me pareció muy interesante cuando habla de construcción de tramas y planificación, y siendo yo más intuitiva que planificadora, me han dado ganas de probar su método, para ver si me funciona.
Sanderson planifica en base a los momentos de satisfacción (o clímax) que cada trama principal, subtrama o arco de personaje lo sugiere, y teniendo eso claro va tirando hacia atrás para construir los pasos necesarios que harán que ese clímax tenga mucho efecto. Aunque dicho así suena muy orientado a satisfacer al lector, creo que es interesante porque esos momentos son, muchas veces, lo primero que se nos ocurre de una novela, y a veces estamos un poco perdidas intentando encontrar el camino hasta ellos.
Si lo pruebo y me va bien, informaré (y si me va mal, también).
Personalmente, el libro me parece menos interesante cuando habla de otras cosas, como personajes, o técnicas narrativas, aunque quizás es porque son áreas con las que estoy más familiarizada que con la planificación, y encuentro menos jugo que exprimir ahí.
Además de eso, este mes también me he leído capítulo y medio de Babel (muy buen capítulo y medio); Desde Soulcial, ¿con amor? de Iria y Selene, porque me apetecía algo ligerito (aunque no me ha gustado), y el número uno de la Revista Pulporama que va sobre detectives weird y tiene algunos relatos muy buenos. Revista que, por cierto, publicará un relatito mío en el número 3, ¡así que atentos a cuando salga!

Termino mayo comentando que, a pesar de los nubarrones, ha sido un mes de mucha iluminación (mental) y ese me han ocurrido unas cuantas ideas para proyectos a corto, medio y largo plazo que ya no sé cómo voy a gestionar, pero no pasa nada.
Y además, Yu y yo nos intercambiamos estos libros:
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Si quieres comprobar si soy capaz de terminar alguno de los proyectos con los que he empezado a trabajar este año, suscríbete y veremos si el mes que viene he avanzado algo con cualquiera de ellos.
Si no, siempre puedes streamer Hits different y seguir con tu vida.
¡Gracias por leer y nos vemos cuando salga el sol!